Add parallel Print Page Options

El buey conoce a su dueño
    y el asno el pesebre de su amo;
¡pero Israel no conoce,
    mi pueblo no entiende!»

¡Ay, nación pecadora,
    pueblo cargado de culpa,
generación de malhechores,
    hijos corruptos!
¡Han abandonado al Señor!
    ¡Han despreciado al Santo de Israel!
    ¡Se han vuelto atrás!

¿Para qué recibir más golpes?
    ¿Para qué insistir en la rebelión?
Toda su cabeza está herida,
    todo su corazón está enfermo.

Read full chapter